miércoles, 17 de septiembre de 2008
Contra el narco, contra el miedo
Miércoles, 17 Septiembre, 2008
Publico.
Un atentado como el de Morelia sólo puede tener un objetivo: que nos dé miedo. Y vaya que lo lograron. Hay en todo el país un sentimiento de indefensión ante el poder del narcotráfico. Un par de sicarios con granadas pueden acabar con la vida de decenas de personas (las que murieron y las que están gravemente heridas y que tendrán consecuencias permanentes por el atentado) y con la tranquilidad de una ciudad o un país entero. Suena desproporcionado, pero así es. Construir la paz pública cuesta mucho trabajo, destruirla es relativamente fácil. Por eso lo hacen.
En las guerras que se libraron contra las mafias, países como Italia y Colombia han pasado por el mismo proceso. No es consuelo alguno, pero el atentado contra la sociedad civil indefensa es una reacción conocida. En Palermo, en Medellín y en Bogotá han sufrido este tipo de ataques que tienen dos objetivos básicos: generar miedo y paralizar al Estado. El único antídoto real contra las mafias, por ingenuo que se suene, es que sean rechazadas. Mientras nos quejemos del narco pero aceptemos su dinero, ellos ganan. Mientras haya quien acepte transacciones en efectivo en las compras de autos o casas, el dinero del narco se está lavando. Mientras existan sacerdotes y ministros de culto de cualquier denominación que acepten participar en las ceremonias de los narcos y acepten limosnas, el oficio se purifica. Mientras se canten los narcocorridos y se toquen en la radio, ser narco será una aspiración. Palermo rechazó a la mafia que estaba metida hasta el tuétano de la economía y la Iglesia de la región. En Colombia han librado una batalla, aún inconclusa, pero que tiene al país con esperanza. Se puede pelear a las mafias del narcotráfico o el secuestro, pero se requiere más que fusiles y soldados.
La batalla contra el narco no es del Estado o del gobierno, es de todos. Es el Estado quien nos debe dar seguridad a todos los mexicanos y en ese sentido es el primer responsable de que podamos ir al Grito sin miedo a que alguien atente contra nosotros, para ello tiene reservado el uso legítimo de la fuerza. Pero cualquier combate al narco es insuficiente si la sociedad civil no le entramos a la batalla. Lo peor que podemos hacer, y sé que esto es lo más difícil, es abandonar el espacio público para que este se convierta en el escenario de la guerra entre el Ejército y el narco. Lo que hay que hacer en Morelia y en todo el país es recuperar para nosotros la calle.
Estaríamos locos si no nos diera miedo, pero perderemos el país si dejamos que el miedo nos paralice.
dpetersen@publico.com.mx
YESSICA NOEMI GUTIÉRREZ PADILLA.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
NO DEBEMOS DE SOPORTAR QUE UN GRUPO DE PERSONAS QUE SOLO BUSCA SUS INTERESES, NOS LLENEN DE TERROR; COMO PARTE DE UNA SOCIEDAD HERIDA, SOLO PUEDO DECIR QUE NO BAJEMOS LA GUARDIA ANTE ESTOS "ABORTOS SOCIALES", LUCHEMOS POR NUESTRA TRANQUILIDAD.
ESTA COLUMNA TIENE UN GRAN CONTENIDO, FELICITO A DIEGO PETERSEN POR SU COLUMNA Y A YESSI GUTIÉREREZ POR PONERLA EN EL BLOG.
MIGUEL MORÁN.
Publicar un comentario